domingo, 28 de noviembre de 2010

La voz

La luz entra en mi alma,
todo deespierta a mi alrededor,
ya todo esta en calma,
casi no queda dolor.

La voz despierta en mis oídos,
la voz que despierta mis sentidos,
esa voz que me protege,
esa voz que me enternece.
La voz, esa voz, su voz.

Intento alcanzarla,
pero no puedo,
intento tocarla,
y me pierdo.

Yo, ruín y despiadada,
intento hacerla mía,
yo, tonta enamorada,
la busco todo el día.

Pero a veces es en vano,
porque aunque está a mi lado,
no sabe que la amo.

La voz me da la mano,
La voz me llena entera,
La voz que me ha ayudado,
y mi alma de nuevo la espera.

Siempre vuelve, siempre regresa,
sin saber que ella me embelesa,
y que a mi alma tiene presa.


Este poema lo escribí ayer, y espero que os haya gustado.

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